martes, 11 de septiembre de 2007

ADIOS...

Abriendo tu mano dejaste caer
una dulce caricia sobre mi hombro,
tus ojos dejaban escuchar su intención,
y mostraban su verdadero dolor
que descansaba en tu mirada.
Pronto, tus brazos se convirtieron
en el abrigo exacto que yo necesitaba.
Entonces las estrellas brillaron de repente,
nuestras almas recobraron un montón de sensaciones,
que fundiéndose en nosotros, marcaron el abismo...
Fue tu cuerpo alejándose despacio,
y tus manos sólo me acariciaban...
En tus ojos... tu mirada;
las palabras no nacían, los recuerdos las tapaban,
y tus ojos de repente ya no me miraban
y escondiéndose despacio...
dejaron caer la última lágrima.

BAMBU

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