lunes, 29 de agosto de 2011

La lección de la mariposa


"Un día, en una pequeña abertura apareció una oruga; un hombre se sentó a observar a la mariposa durante varias horas, viendo cómo se esforzaba para hacer que su cuerpo saliera a través de aquel pequeño agujero.
Llegó un momento en que pareció que la oruga, a pesar de su esfuerzo, no avanzaba nada.
Parecía que había llegado a un punto en que ya no podía avanzar más
Entonces el hombre decidió ayudar a la oruga y agrandó el agujero. La mariposa salió sin dificultad.
Pero su cuerpo estaba débil, las alas no estaban desarrolladas y las patitas no la sostenían.
El hombre continuó observándola esperando que en cualquier momento se lanzara a caminar y emprendería el vuelo a través de las flores.
Pero nada sucedió.
La verdad es que la mariposa pasó toda la vida arrastrándose por el suelo. Fue incapaz de elevar el vuelo.
Lo que el hombre que con toda su buena voluntad quiso ayudar a la mariposa, no entendía es que, al hacer un gran esfuerzo para atravesar el pequeño agujero, los jugos vitales se iban distribuyendo y extendiendo por las partes del cuerpo que requerían fortaleza para volar. Al pasar el agujero sin ese esfuerzo, las alas no recibieron la sustancia necesaria.
Algunas veces necesitamos el esfuerzo y la dificultad en nuestra vida..
Si Dios nos permitiera pasar por nuestras vidas sin obstáculos, quedaríamos débiles. No llegaríamos a ser tan fuertes como deberíamos. Nunca podríamos llegar a volar.
Yo pedí fuerza..
Y Dios me dió la dificultades para hacerme fuerte.
Yo pedí sabiduría y Dios me dio problemas por resolver
Yo pedí prosperidad y Dios me dió inteligencia y músculos para trabajar
Yo pedí coraje...
Y Dios me dio obstáculos para superar
Yo pedí amor...
Y Dios me dió personas con problemas a quienes ayudar
Yo pedí favores...
Y Dios me dio oportunidades
Yo no recibí nada de lo que pedí...
Pero he recibido todo lo que necesitaba.

Vive tu vida sin miedo, enfrenta todos los obstáculos y demuestra que puedes superarlos.


Autor desconocido...

domingo, 14 de agosto de 2011

La vida como un espejo


Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. Él respondió así:
La Política sin principios,
el Placer sin compromiso,
la Riqueza sin trabajo,
la Sabiduría sin carácter,
los Negocios sin moral,
la Ciencia sin humanidad y
la Oración sin caridad.
La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si les sonrío;
que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es malhumorada, si yo soy malhumorado;
que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
"El que quiera ser amado, que ame".