viernes, 3 de octubre de 2008

Cursi

El romanticismo es el hermano mogólico del amor. Es agregarle demasiada azúcar al té, es la galera de un mago berreta, es el marketing de la cita, es la luna premeditada. Es un recurso haragán para suplir el romance genuino, como una chimenea con leños de cemento o la música incidental de una escena de terror.
El verdadero amor no necesita de adornos ni acentos. Puede prescindir de aniversarios, de serenatas y de corta pastas en forma de corazón. Y mientras el romanticismo se empeña en decorar las noches con su magia prefabricada, el amor crece al costado de una maceta o en las esperas que nadie recuerda.
El romanticismo habla mal del amor. Como un poeta tartamudo, un pariente latoso o una vieja pintarrajeada, el romanticismo es el defecto cursi de los amantes sin paciencia.

CURSI del libro BESTIARIO de Carolina Aguirre

1 comentario:

DIEGO dijo...

JUSTAMENTE, ESTE TEXTO NO ES CURSI... TAMPOCO EL ROMANTICISMO... LO CURSI ES LO QUE "QUEDA BIEN" ESCUCHAR... LO QUE EMPALAGA... SALU2.