sábado, 23 de agosto de 2008

Deja tus lágrimas caer...

Cuando sientas deseos de llorar ¡Llora!
¡Deja las lágrimas rodar!
¿Qué adulto, anciano, niño, puede jactarse
de no haber sentido un día la necesidad de un regazo?
¿Quien arroja la primera piedra?
Por más fuertes que seamos, no podemos huir
de las tempestades de la vida
Son las decepciones, las pérdidas
o simplemente nuestras expectativas
no correspondidas las que nos hacen,
independientemente de nuestra edad o situación,
que nos sintamos lo suficientemente
pequeños para necesitar un regazo.
Y no siempre es fácil admitirlo.
¿Los hombres no lloran? ¡Claro que sí!
¿Las mujeres lloran con facilidad?
Ellas también se endurecen.
Los niños lloran por cualquier cosa.
Todo mundo llora. Por lo menos todo el mundo
necesita llorar aunque sea una que otra vez.
Para aliviar el alma, para disminuír el peso
del cansancio y de la soledad.
El llanto es siempre una señal de auxilio.
Es una señal que siempre encuentra
a un buen samaritano en su camino.
¡Es difícil resistirse a alguien que llora!
Es cuando miramos hacia alguien
y lo vemos con los ojos anegados...
cuando sentimos que ese alguien
necesita un regazo; no siempre de palabras,
un regazo, solamente.
Regazo que puede representar
un abrazo mudo y apretado,
una mirada comprensiva,
un apretón de manos...
Nada llega más a nuestra alma
que mirar a los ojos de alguien que llora.
Y nada llega tanto a alguien que llora
como sentir la presencia de alguien que lo comprende.
Y en las lágrimas que ruedan,
rueda la tristeza, la insatisfacción, el tedio, el dolor,
las dudas y los miedos.
El alma queda lavada. Por eso llorar alivia.
Por eso llorar da sueño. Cuando despertamos
después de haber llorado, nos sentimos más leves,
nos sentimos preparados para encarar un nuevo día,
una nueva situación. Entonces... cuando sientas deseos,
¡No te contengas! Pide un abrazo, pide un hombro...
¡Deja las lágrimas rodar! ¡Ser fuerte no significa ser
duro o dura! Ser fuerte es ser capaz de reconocerse frágil
¡Y saber que se saldrá adelante!
Ser fuerte es saber que las mareas
pueden ser altas o bajas, pero que a pesar de todo
las olas nunca desisten del sueño de besar la arena.
y siempre la besan...


(esas lindas cosillas que llegan por mail...)

1 comentario:

DIEGO dijo...

AUNQUE SE PRETENDA CONTROLAR LAS LÁGRIMAS, IGUAL SIEMPRE, POR ALGÚN LADO, POR EL RINCÓN MÁS IMPENSADO, SE FILTRAN... EL CUERPO MANDA... ADÍO.