

Nunca perdí del todo la conciencia, pero después de un rato extensamente corto, me vi dentro de un cilindro blanco, en una camilla fría tapada con una manta marrón barata de hospital, Cómo entre sueños y de vez en cuando escuchaba: -“Quedate quietita bonita que ya falta poquito”. Me costó entender por momentos en donde estaba pero entre los ruidos secos y monótonos que ese cilindro hacia y tratando de unir detalles al rato entendí que era una resonancia de cerebro. Entonces empecé a coordinar en mis pensamientos y tratar de entender que es lo que estaba haciendo YO en ese lugar y en ese momento… Comencé a mover tímidamente los dedos de los pies, sutilmente las manos, para corroborar que no había sido un accidente, que tenía todo mi cuerpo completo y en un orden aceptable. Y nuevamente la voz que me decía –“Quietita linda, ya falta menos”- Armando de a poco con imágenes borrosas me dejé llevar nuevamente para pasar el momento de encierro dentro de ese cilindro blanco…

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