De un tiempo atrás a esta parte me detengo a agradecer a los que están a mi lado el hecho de que “gracias a ellos” se han modificado cosas en mi vida, he reaccionado a cosas que me hacían daño, he podido superar temores, he entendido muchas cosas que hasta ese momento no podía descifrar… a cada uno de ellos le agradecí el poder haber cambiado cosas de mi vida que me estaban lastimando y mi mente comenzó a acumular deudas imaginarias hacia ellos, fue entonces que cambié una preocupación por otra, ahora sentía que había cambiado gracias a los seres que me habían hecho reaccionar.
…Y mis días comenzaron a pasar entre lágrimas sin entender el porqué, y lloré, lloré mucho, no podía parar de llorar sin ningún motivo visible, o entendible por lo menos para mí… Cuando no aguanté mas la incertidumbre buscando ese motivo, decidí buscar un consejo, una explicación, una palabra de alguien que conociera mis entrañas y se animara a decirme la verdad vista desde afuera… entonces la llamé a ella, a esa amiga del alma que sabe decir la palabra indicada en el momento justo aunque duela y aunque sea la verdad mas cruel o la dulzura mas agradable. Con sus palabras, esas que salen sin dudar y sin filtro desde ese rincón del corazón donde se esconden las verdades absolutas, me hizo dar cuenta que todos esos cambios no eran “gracias a los demás” esos cambios habían llegado a mí porque era YO la que estaba preparada para verlos, para sentirlos, para vivir la vida de otro modo. YO era la que buscaba en el otro la excusa para sacar de mí el empujón que me llevaba al cambio. Todo eso fue porque YO pude empezar a sacar mi verdadero yo…. Y las lágrimas que brotaban de mis ojos ya no eran de dolor ni de angustia, eran de emoción, de sentir que la vida me estaba regalando todo aquello que siempre busqué y que había llegado el momento de hacerme cargo de todo lo que tengo por recibir y de todo lo que soy capaz de dar… porque descubrí que soy muy feliz cuando veo que puedo dar amor … y lo doy…
…Y mis días comenzaron a pasar entre lágrimas sin entender el porqué, y lloré, lloré mucho, no podía parar de llorar sin ningún motivo visible, o entendible por lo menos para mí… Cuando no aguanté mas la incertidumbre buscando ese motivo, decidí buscar un consejo, una explicación, una palabra de alguien que conociera mis entrañas y se animara a decirme la verdad vista desde afuera… entonces la llamé a ella, a esa amiga del alma que sabe decir la palabra indicada en el momento justo aunque duela y aunque sea la verdad mas cruel o la dulzura mas agradable. Con sus palabras, esas que salen sin dudar y sin filtro desde ese rincón del corazón donde se esconden las verdades absolutas, me hizo dar cuenta que todos esos cambios no eran “gracias a los demás” esos cambios habían llegado a mí porque era YO la que estaba preparada para verlos, para sentirlos, para vivir la vida de otro modo. YO era la que buscaba en el otro la excusa para sacar de mí el empujón que me llevaba al cambio. Todo eso fue porque YO pude empezar a sacar mi verdadero yo…. Y las lágrimas que brotaban de mis ojos ya no eran de dolor ni de angustia, eran de emoción, de sentir que la vida me estaba regalando todo aquello que siempre busqué y que había llegado el momento de hacerme cargo de todo lo que tengo por recibir y de todo lo que soy capaz de dar… porque descubrí que soy muy feliz cuando veo que puedo dar amor … y lo doy…
Bambú
2 comentarios:
NO SÉ DE CUÁNDO EXACTAMENTE ES LO ESCRITO, PERO... BIEN POR CADA INSTANTE EN EL QUE DECIDÍS HACERTE CARGO DE QUIÉN SOS. PUNTO. ADÍO.
De anoche...
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