Me pediste que te hiciera una canción
y aquí la tienes, !como no!
como negarme a algo que me pidas tú
me dejaría una inquietud.
A tu melena camaleónica
y a tu sinceridad arrolladora
y a tu luz...
Luz, que desprendes cada día
y que ilumina tantas vidas
yo nunca pude imaginar
que en ti existiera tanta luz,
que se eclipsara el universo
solo con uno de tus besos
y nunca más en mi se haría la luz.
Te prometí que escribiría sobre ti
sobre tu forma de vivir
hablar de magia que te inunda el interior
y te rebosa el corazón.
Tu personalidad tan fuerte
como las garras de la muerte
de quien arrancara la luz.
Luz, que desprendes cada día
y que ilumina tantas vidas
yo nunca pude imaginar
que en ti existiera tanta luz,
que se eclipsara el universo
solo con uno de tus besos
y nunca más en mi se haría la luz...
y nunca más en mi se haría...
Luz que desprendes cada día
y que ilumina tantas vidas
yo nunca pude imaginar
que en ti existiera tanta luz,
que se eclipsara el universo
solo con uno de tus besos
y nunca más en mi se haría la luz.
Por Miguel Nandéz
y aquí la tienes, !como no!
como negarme a algo que me pidas tú
me dejaría una inquietud.
A tu melena camaleónica
y a tu sinceridad arrolladora
y a tu luz...
Luz, que desprendes cada día
y que ilumina tantas vidas
yo nunca pude imaginar
que en ti existiera tanta luz,
que se eclipsara el universo
solo con uno de tus besos
y nunca más en mi se haría la luz.
Te prometí que escribiría sobre ti
sobre tu forma de vivir
hablar de magia que te inunda el interior
y te rebosa el corazón.
Tu personalidad tan fuerte
como las garras de la muerte
de quien arrancara la luz.
Luz, que desprendes cada día
y que ilumina tantas vidas
yo nunca pude imaginar
que en ti existiera tanta luz,
que se eclipsara el universo
solo con uno de tus besos
y nunca más en mi se haría la luz...
y nunca más en mi se haría...
Luz que desprendes cada día
y que ilumina tantas vidas
yo nunca pude imaginar
que en ti existiera tanta luz,
que se eclipsara el universo
solo con uno de tus besos
y nunca más en mi se haría la luz.
Por Miguel Nandéz