viernes, 12 de febrero de 2010

Lo lindo de la sorpresa

Es algo maravilloso recibir una sorpresa; el poder sorprendernos, ya sea de nosotros mismos con una sensación interna, un sentimiento, un logro o a través de los demás con algo que nos dicen, nos regalan o nos hacen sentir. No nos olvidemos que podemos ser capaces de sorprendernos con un simple gesto, un abrazo, una mirada, una caricia o el más mínimo gesto proveniente de otro.
Cuando pasamos por la experiencia de la sorpresa tenemos todos nuestros sentidos puestos al máximo y nuestra atención se fija sólo en ese punto de encuentro entre la sensación y lo que la provoca; es un momento donde sólo nos instalamos en “el ahora”, solamente observamos y aceptamos inmediatamente esa sensación, en ese momento nuestra mente permanece en blanco y en completo silencio y así no deja intervenir nuestra percepción, muere el razonamiento y se establece un instante donde sólo hay comprensión sin que interfiera nuestra razón.
El hecho de poder sorprenderse ante lo cotidiano de la vida depende del grado de humildad, de inocencia y de apertura que tengamos ante la vida. El problema comienza cuando damos las cosas por sentado, ahí no dejamos lugar a que nosotros mismos ni la vida nos sorprenda…
Tengamos el poder de seguir sorprendiéndonos para instalarnos a vivir en “nuestro ahora” y no se nos escape la inocencia, después de todo…. Tener la capacidad de sorprendernos es ALGO MARAVILLOSO!
Bambú

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